¡Él nos vuelve aún más fuertes!


              






  Hace millones de años existió un dinosaurio llamado Paquicefalosaurio, que fue de hecho, el único en su tipo, su nombre significa literalmente “de cabeza gruesa” dado que poseía un cráneo muy duro, con el cual era capaz de intimidar e impresionar a sus oponentes, ya que al ser herbívoro y pequeño era fácil presa de los más grandes, sin embargo, su gran cráneo compensaba su pequeño tamaño y lo volvían sin duda ¡Imparable!
         Sin duda enfrentarse a los problemas del día a día sería más fácil si tuviéramos una cualidad que nos vuelve súper rudos y con la cual podemos hacerle frente a todas las adversidades. La etapa de la juventud es una de las más difíciles en todos los aspectos, tanto física como emocionalmente, la gente a nuestro alrededor, nuestros grandes depredadores suelen ser muchas veces feroces y despiadados, y cuando caminamos sin ninguna arma para defendernos es fácil muchas veces sentirnos solos y débiles ante todas las dificultades.
         Recordar que Dios está con nosotros por más grande que parezca el problema es excelente, pero incluso hay algo aún mejor, algo que sin duda nos hace imparables, seguros de nosotros mismos ¿No nos sentiríamos más seguros yendo a una batalla con una gran armadura que sin ella? Pues resulta que Dios no nos deja solos, pero tampoco desamparados.
       No solamente está con nosotros en los momentos difíciles, si podemos creer en el suficiente también nos dará un fuerza asombrosa y una actitud sensata en las peores situaciones. Dios nos promete la seguridad de que nos volverá tan fuertes como nuestros adversarios, si ellos atacan seremos lo suficientemente fuertes para ni siquiera caer delante de ellos, si el enemigo intenta hacernos llorar, reiremos, si intenta hacernos caer ascenderemos aún más, si nos da un golpe en la cabeza no lo sentiremos, si nos cierra una puerta abriremos dos más, y si intenta que perdamos nuestra fe, seguiremos confiando aún más en Dios, porque de él proviene nuestra fuerza.
He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes.
Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.
Ezequiel 3: 7-10

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